Lionel Messi

¿Quieres a Lionel Messi en tu equipo? Capítulo 3

MUNDIAL Y AUTOGESTIÓN

Primero que nada, felicitamos a la selección Argentina y a Lionel Messi por ser campeones del mundo.

Preguntaba en el artículo anterior si el talento se puede comprar o si H. Flick, que disponía de jugadores más talentosos, tenía asegurado que sacasen todo su potencial.

Todo equipo, ya sea de fútbol o un departamento, área o equipo de una organización tiene talento, y además puede desarrollar más talento, expandir su creatividad o desarrollar la capacidad de aprendizaje, lo cual, decíamos que era la base de la productividad de cualquier empresa. Y si además tenemos en cuenta que el talento no se transfiere sino que se desarrolla (prueba/ajuste), ¿cuáles son las circunstancias para que esto se produzca?

En mi opinión, hay que generar las circunstancias más propicias para que el talento se dé, se desarrolle o expanda en toda su plenitud. Y estas circunstancias serán diferentes según los objetivos, las circunstancias del entorno y los medios de que se disponga. En nuestra serie mundial, estamos evaluando el talento en el mundo del fútbol, un mundo que difiere al de las organizaciones empresariales. En el fútbol, de forma bastante generalizada (hay puntuales excepciones como el fútbol popular), se busca ganar, meter (mínimo) un gol más que el rival.

Y por tanto, para cubrir las necesidades del mercado (cliente, aficionado) se requiere ganar a un adversario. Cuando el resultado es el fin, los medios no son tan discutidos, y por lo tanto, aquí sí, el fin justifica los medios (ejemplo, un portero utilizando medios de dudosa ética para distraer a su rival antes de tirar un penalti).

En los Clubes de fútbol los objetivos son a “largo” plazo, y el tiempo de dedicación al equipo también. Entonces, para poder conseguir los resultados se centran más en el estilo, la metodología. En cambio, las Selecciones, en un mundial, requieren de un resultado inmediato en espacios de trabajo breve y las variables se deben gestionar de manera inmediata.

Este mundial nació y se ha desarrollado con muchas variables externas (o no) al mundo del futbol. Ha habido equipos (entre ellos Alemania) que las hicieron suyas (brazaletes arcoíris). Cada uno tendrá su opinión al respecto, para unos Alemania ganó defendiendo tal causa, y para otros no tanto. Pero lo que es menos discutible es que este hecho puso más variables a gestionar para H. Flick.

Si la creatividad (o mejor dicho engendramiento) es la asociación de ideas, elementos, etc. para crear un conocimiento, habilidad nueva, está claro que cuanto más centrado en los elementos “adecuados” antes se producirá la creatividad. Y, es ahí, donde entra el papel del entrador, en generar el entorno adecuado para que el talento se desarrolle en todos sus ámbitos. Para mí, esta es la clave, y el papel fundamental del entrenador. Si tienes un equipo con menor talento (Japón) trabajas más la responsabilidad o la disciplina, en cambio si tienes más talento (Argentina) te centras más en la libertad (elección y renuncia).

Un mundial, donde los resultados deben ser inmediatos, por tanto la finalidad es ganar (sino pierdo), clasificarse (sino quedo eliminado), los medios se vuelven en protagonistas absolutos, la presión es máxima, y la gestión de estos es fundamental.

Un entrenador debe conocer muy bien sus medios (talento vs físico, actitud y/o ego, Messi o equipo) y gestionarlos de la manera más eficaz, eficiente y productiva posible. Para mí, ese ha sido el éxito de Argentina, sus gestores de medios. Su entrenador, jugadores y aficionados. Todos ellos han sabido explotar al máximo los medios disponibles, resaltando al entrenador (perfil bajo que permitió una eficaz gestión de egos futbolísticos) y la afición, la cual ha sido la más numerosa y ruidosa de todo el mundial, incidiendo de manera muy notable en la actitud de todo el equipo.

La finalidad futbolística es ligeramente diferente a la del mercado empresarial, donde el propósito operativo es cubrir una necesidad en el mercado. Puedes tener y tienes competidores, pero la diferencia con el fútbol es que los dos pueden ganar, dependiendo de tus objetivos y los medios para conseguirlos. Este hecho hace que se centren de manera más planificada en el rendimiento (creatividad) del equipo, y no tanto en su resultado.

Está claro que el cliente debe quedar satisfecho, para que vuelva a comprar o nos recomiende, pero también evaluará de qué manera dicha empresa me ofrecerá su producto/servicio (el mejor precio, el respeto al medioambiente, la responsabilidad social, el marketing, la marca, la calidad, etc.…). Los medios para llegar a cubrir la necesidad del cliente son infinitos, pero se tornan en finalidad, y a diferencia del mundo del fútbol, los medios cuentan. Hoy, por fin, hablamos de Responsabilidad Social y Corporativa y cada vez más es una necesidad que cubrir en el mercado, además del propósito de la compañía.

Por tanto, teniendo en cuenta todas estas circunstancias, podemos constatar que los principios rectores y naturales más importantes sobre los cuales debe anclarse un sistema que quiera potenciar la creatividad del individuo son: el principio de la conciencia, medio tecnológico humano para ser más eficaz, eficiente, productivo y feliz, el de elección y renuncia, el de responsabilidad, el compromiso y la coherencia.

Para que estos principios puedan darse se requiere de las siguientes prácticas y actitudes; compartir el conocimiento, por lo tanto confiar en tu equipo, coordinar las tareas o compromisos, lo cual requiere la actitud de aprendizaje, y por último, y en mi opinión la más importante, alinear las motivaciones individuales con las del propósito del equipo (o compañía), y para ello se requiere la actitud de cooperación.

Messi ganó el mundial después de haber jugado cuatro anteriores. ¿Era mejor jugador en este que en los anteriores? ¿Tenía mejor equipo Argentina en este que en los anteriores? En mi opinión, la respuesta está en la entrevista a H. Flick con la que abrí este blog:

Un equipo no funciona sin reglas claras y disciplina. Pero tampoco sin un cierto grado de libertad y responsabilidad personal. La mezcla tiene que ser la correcta.

Y ha sido en este caso con Lionel Messi pero también con su tocayo Scaloni (simulando a H. Flick): “con él se juntan de forma formidable la planificación y el fortalecimiento estratégico”.

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Por Carlos García Corral.

Facilitador de Self Management Organizacional.

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